Sentados al abrigo de unas piedras célticas doradas por líquenes milenarios, los pastores merendaban en el monte. El sol se ponía y los buitres que coronaban la cumbre batían en el aire sus alas, abiertas sobre el fondo encendido del ocaso. La hora y el paraje despertaban la cándida fantasía de algún pastor que contaba en el corro milagros y [...]